domingo, agosto 10, 2008

Nunca estarás sola


Foto del anterior festival iberoamericano de teatro, que se parece a este video que rota en vh1. La foto fue recientemente dedicada a una niña con la que prometo solemnemente hablar la próxima semana.

En estos días como ya es costumbre, aprendí algo de mi mismo y como también ya es costumbre fue la mezcla entre una película un par de canciones y 2 experiencias. En este blog ya había hecho numerosas alusiones al olfato entonces puede decirse que no fue un descubrimiento sorprendente (a eso y a los gatos, que son el motivo directo del blog, aunque en el primer post diga lo contrario). Lo que aprendí es que puedo detectar la esencia de la gente en su olor, de una manera prácticamente caricaturesca pues es como si saliera una pequeña “aura” de colores de las personas y de esta manera pudiera decir características varias de su personalidad. El asunto con los olores es que son como el look, con vestuario y maquillaje y todo y todo, entonces me es difícil sacara la sutil esencia entre tantas capas de desodorante, champú, perfume barato o caro y talco para pies, pues hay otro montón de gatos que se dedican a hacer olores políticamente correctos, para que la gente como siempre parezca buena persona. Pero casi siempre, especialmente con las mujeres con las que soy más sensible debido a mi naturaleza de “gato”, se tiene la oportunidad de visitarlas a la casa un domingo de esos que no van a salir y disminuyen su gruesa capa de maquillaje en todos los sentidos para develar el sutil aroma de su esencia. Es bien extraño, porque ese olor bastante similar al de la ropa limpia mezclado con los pétalos de alguna flor, es la verdadera esencia de esa persona. Ojala pudiera enloquecer como el protagonista del perfume, para tener una obsesión malsana con captura el aroma de las muchachas para formar el perfume perfecto… pero no, simplemente admiro la esencia de esa forma poco común.

El miedo nunca es útil, dejar para después es lo peor que se puede hacer, porque finalmente quedas con el mismo mal sabor de boca, con la misma desazón, la misma nostalgia de lo que nunca fue, es la peor forma de aceptar el destino, de negar la inconformidad, de hacer ver que la frase “no me vuelve a pasar” es pura mierda autoaceptada…

Tu non mi perdonerai mai vero? … meglio… tu non ti perdonarei mai vero?